Desde la primavera árabe, pasando por el 15M y occupywallstreet se ha abierto un nuevo ciclo de movimientos en red que plantea muchos elementos novedosos respecto al uso político de las tecnologías de la comunicación y de Internet para la acción colectiva. Estos nuevos movimientos adoptan la red no sólo como una herramienta, o campo de batalla sino como una forma organizativa, y establecen una relación similar a la que comúnmente ha estado vinculada con la ética y formas de hacer de las comunidades hacker.
Por otra parte la crisis financiera en Europa está profundizando el bloqueo de las instituciones políticas que se han ido edificando desde el inicio de la modernidad. Esta crisis se expresa no sólo en la incapacidad de estas instituciones de afrontar la actual situación económica, social y política, sino también en su complicidad con los mecanismos de desposesión financiera. Dicha crisis institucional determina la necesidad de ejercer tanto un proceso de crítica como de trabajo de invención y construcción que parta de las nuevas posibilidades tecnológicas y de las lecciones de los movimientos en red, la cultura hacker y del software libre que hagan posible la reinvención de las formas institucionales y constitucionales, y por lo tanto también de la misma democracia.