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La potencia de la cooperación en la plaza global

Genealogía de una acampada y su multiplicación. Cooperación emergente.

Todo empezó el 15M, y quizá antes, con esa cocción a fuego lento que algunos le han llamado indignación, otros crisis económica, política y social. Y en el caso de una ciudad media como Terrassa, todo ha transcurrido a velocidades vertiginosas, superando cualquier expectativa a medida que las horas pasaban , los hechos se sucedían y la potencia iba creciendo. Con este texto queremos apuntar algunos elementos y reflexiones  en medio de este torbellino, para intentar extraer algunas ideas que puedan servir para el debate que se esta gestando en la cantidad de espacios tomados por la gente, donde atravesamos lo imposible, porque se abren escenarios donde se puede pensar y hacer, mas allá de lo ahora conocido, vivido e imaginado.

Durante estos apasionantes días, la ciudadanía, sin interlocutores ni representantes, ha tomado la palabra en las plazas, ya bautizadas como “plazas del 15 de mayo”. Cuanta más gente se ha ido acercando, mayor ha sido la participación en los debates, los grupos de trabajo, las comisiones, las asambleas. Esta multiplicación ha sido exponencial desde el miércoles, día en el que empezó #acampadatrs, coincidiendo con el desafío a una Junta Electoral Central incapaz de comprender ese derecho que teóricamente deben defender, la democracia.

La autoorganización y el poder de las gentes. Cooperación de los cuerpos.

Después del largo invierno del que venimos, donde horizontes mucho menos ambiciosos eran absolutamente impensables, todas hemos dejado atrás viejos fantasmas para empezar un proceso de construcción de lo común. El cual empieza por la solidaridad de los transeúntes, donde todos quieren de alguna manera u otra, dejar su granito en esta revolución cercana, que todos quieren vivir, contribuyendo con comida, materiales, conocimientos, habilidades y todo cuanto puedan ofrecer; para estar de alguna manera presentes en lo que hoy ya se ha convertido en memoria colectiva. La cooperación está presente como responsabilidad colectiva, cerebro común puesto a trabajar, desde la urgencia y la necesidad del momento que ya vislumbra hoy aires frescos y nuevos escenarios posibles.

Cuando “todo camina solo”, es cuando te das cuenta de la potencia de la cooperación ¿Quién ha hecho esto? ¿Y de dónde sale? Y es que la autoorganización es absolutamente efectiva en la medida en que cada una encuentra su espacio donde estar y donde hacer, aprendiendo en cada momento sobre el proceso, y mejorándolo en su fase de maduración. Un proceso complejo, que se hace apetecible como afirmación: “sí se puede”. Pero también aparecen límites procesales de dicha potencia que requieren la invención de nuevas formas de autogobierno en las plazas y continuar abriendo espacios donde la gente no sólo está tomando la palabra, también está responsabilizándose de hacer lo que dice y deseando vivirlo.

De la nada veloces aprendizajes colectivos, después de varios días de puesta en escena alguien decía: “hoy somos todos jóvenes, ya que todos tenemos mucho que aprender”. Es lo que vemos en la plaza día a día, una multiplicación horizontal de la autoformación. Sobre la complejidad de la toma de decisiones, sobre la organización del común, sobre las diferencias, sobre lo que significa compartir, sobre la gestión de las cosas de todos y todas, sobre cómo la política se recupera en la plaza, sobre el empoderamiento colectivo, sobre la democracia real.

Entre la plaza y la red. Cooperación y nuevos medios.

“Un Tahrir en cada barrio”, es la frase que cuelga de un balcón de la ciudad. Con la certeza de que las personas que habitamos estos días la calle somos parte de una plaza global, conectada con Sol, y con plaza Cataluña, y con el resto de plazas del mundo, pero también con la permanente retroalimentación de las herramientas tecnopolíticas que te permiten estar en la plaza sin estar, organizarnos, comunicarnos y seguir viviendo un continuo feedback con la imaginación colectiva. Que la red y la plaza están en simbiosis permanente multiplica también su potencia.

Para los que venimos del software libre, esta movilización deviene continuamente código abierto. Todos los contenidos son open data: manifiestos, declaraciones, actas. Todos los espacios de toma de decisión son abiertos en la plaza, y en los foros, y en facebook, y en los pads, y en las webs, y en los blogs, y en la cantidad de herramientas inventadas estos días. La revuelta también es abierta porque es retransmitida en directo 24 horas por los streamings, a través de los hashtags de twitter, de los canales IRC, de las miles de fotos y vídeos que se suben cada hora dando cuerpo a lo que debe ser la revuelta más bien documentada de la historia, donde la comunidad genera los contenidos, con licencias libres, de todas y para todas. También el código de los procesos organizativos continuamente se copia de una plaza a otra, adaptándose a las necesidades singulares de cada lugar, trabajando en permanente revisión colectiva, y modificando sus partes para nuevos prototipos para cada una de las realidades.

Estos días somos testigo y parte de la toma de la red, de la reapropiación de las herramientas, de la viralidad maquínica de un movimiento en red, global, que nos debe permitir entender y pensar sobre la potencia de las plazas en su dimensión conectada. Por otro lado, es destacable la potencia de la red en la comprensión de los nuevos procesos que ya hoy se están abriendo. Por destacar algunos de los más importantes: la creación de nuevas plataformas que deben y pueden permitir afinar el trabajo y distribuirlo para superar los límites de la actual organización. Lo que está claro es que el proceso está abierto y la transmisión de aprendizajes entre la plaza y la red es permanente.

Democracia real en la plaza global

Y al final volvemos al principio, a ese efecto viral y multiplicador de estos últimos días, donde se forman nuevos campamentos, se desplazan y se extienden por nuevas plazas emergentes. Las plazas vuelven a ser hoy espacios conquistados por la multitud de ciudadanos y ciudadanas que ya han tomado la palabra y no la van a dejar nunca más en manos de otros. Porque la plazas han sido y seguirán siendo nuestros altavoces y la red nuestro amplificador, el multiplicador de potencia de lo que encarnan los cuerpos, cooperación para la construcción de un nuevo orden constituyente.

Seguimos experimentando en estos laboratorios que nos hemos inventado, volvemos a pensar en lo imposible, para desafiar el estado de las cosas, para reconstruir entre todas un futuro robado, y para ejercer eso por lo que el 15M nos llevó hasta aquí: una democracia real que nos permita recuperar y conquistar nuevos derechos para todas. No sabemos como vamos a seguir, pero ya nos lo estamos preguntando. Y aunque #soloeselprincipio y las dificultades serán importantes en el largo camino que nos queda por recorrer, tenemos los conocimientos, las herramientas, la potencia, y un campo enorme de posibilidades para seguir caminando juntas. Y una mera certeza: sabemos que lo haremos.

Arnau Monty, participante de #acampadatrs

Plaza 15 de mayo, Terrassa, 23 de mayo de 2011

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